Temo a ese recorrido por mi cuerpo, que controla mis manos para bien o para mal, ese animal salvaje que vive dentro, ese rugido aguantado en la sumisión y "respeto", la euforia e impulsividad, el coraje. Lo que pudiese hacer que me hiciera sentir tan bien como para voloverme adicta a su adrenalina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario